20.07.2011
Es el día del amigo y la palabra amistad, implica una cantidad de argumentos, situaciones, valores y códigos humanos, tan diferentes, que es muy difícil poder dejar fuera de esta calificación, a mucha gente.
A lo largo de mi vida, han pasado decenas de personas, con las que he compartido, cientos de momentos. Algunos muy buenos, otros buenos y por suerte muy pocos negativos.
Algunos, hace años que no los veo, o me cruzo esporádicamente, siempre esbozando una sonrisa enorme al vernos, porque el recuerdo de aquellos buenos momentos prevalecen por sobre la distancia y el tiempo, son los “amigos del pasado”.
También están mis viejos y hermana, que son parte de mi cuerpo, por lo cual solo los puedo definir como los “amigos de sangre”.
Mi amor por Gabriela, también me permitió incorporar sus amistades, con quienes se ha formado un vínculo, más que fuerte, los “amigos de mi familia”.
Otros ya son parte hace más de una década, de mi cotidiana vida semanal. Esos a los que con un simple toque de teléfono aparecen, son los “amigos que siempre están”.
Están los primos, tíos, cuñados, compadres, con los que compartimos sangre o elección, son los “amigos del lazo familiar”.
Y los más recientes que se incorporaron a mi vida, con los cuales compartimos lucha, valores, sentimiento e ideales, son los “amigos militantes de una causa justa”.
Muchos en esta vida, nos dedicamos a sembrar y cosechar.
Pero de seguro, si estás leyendo esto, es porque has sembrado en mí y he sembrado en ti, aunque más no sea, un pequeño abrazo de amigo.
Muchas gracias a todos mis amigos…
Rubén Afonso Boaventura
