miércoles, 11 de noviembre de 2015

CUANDO LA IZQUIERDA AYUDA A LA DERECHA

CUANDO LA IZQUIERDA, AYUDA A LA DERECHA
11/11/2015
Leo por estos días que el dirigente de izquierda Nicolás del Caño, fue visto comprando dólares y eso generó indignación en las redes sociales.
Más allá del motivo, válido o no, en definitiva este hecho, es mínimo al lado del daño que la izquierda inconsciente (?) le ha causado al proyecto Nacional y Popular de nuestro País.
Lo verdaderamente importante de nuestra izquierda, no es si uno de sus dirigentes compra o no compra dólares.
Lo verdaderamente importante, es ver como, por pretender llevar a los extremos su visión e ideales, siempre van por todo sin ver, que se quedan sin nada.
Con esta actitud permanente de posturas infantiles y poco conciliadoras, logran alejarse cada vez más de las utopías, que pregonan, dentro de un Mundo dominado por el Poder Real, que lo que busca es exterminarlos.
Lo inteligente a mi humilde entender, sería caminar hacia las utopías formando parte de otras estrategias, rescatando y apoyando las ideas que más se acercan a sus ideales, aunque la propuesta e idea, no sea tal cual lo desean, ni venga desde su ombligo, pero no, ellos quieren todo o nada.
Entonces las utopías que persiguen, comienzan a correr, mientras ellos se quedan mirando de lejos.
Les pido que presten atención a este análisis.
Cuando hace 5 meses en La Ciudad de Bs. As. Lousteau en balotage, se enfrentó a Larreta, la izquierda llamó a votar a en blanco, se lavó las manos y le dejó servido a la extrema derecha de nuestro País, una vez más, el Distrito más rico.
Más allá de los errores no forzados de otras fuerzas como el FPV, que tampoco se pronunció formalmente a favor de Lousteau, fue evidente que sus seguidores lo hicieron por debajo, sino, no se explica la remontada final.
Escrutadas el 99,99% de las mesas, y con un 69,38% de participación, el resultado definitivo coronó a Larreta como ganador con el 51,64%, 860.802 votos, por sobre Lousteau, quien obtuvo el 48,36%, 806.057 votos; siendo el voto en blanco un 5,05% del padrón, éste último, casi un calco del voto que la izquierda consiguió en la primera vuelta.
Pero el tema no termina allí, no sólo ayudaron a la entrega de la ciudad, sino, que si la izquierda hubiese elegido, la opción más cercana a sus ideales, a pesar de lo lejano, hubiese sido el entierro definitivo del Macrismo y la ultra derecha de nuestro País, quien en definitiva, es el verdadero enemigo de los ideales que defienden.
Finalmente hoy nos encontramos aquí, a mediados de noviembre de 2015, con una Gobernadora de La Derecha en La PBA y ante la posibilidad muy fuerte de que Mauricio Macri sea Presidente.
Una vez más los errores propios del FPV, que en algunos casos como el de Randazzo, priorizó el personalismo, por sobre el movimiento, la comodidad de Aníbal Fernández que por sentirse ganador, no hizo mucha calle, las disputas internas, entre precandidatos y lo poco conmovedor del discurso de Daniel Scioli, sumado a una gestión poco brillante en la PBA, formaron una conjunción de malos pasos, que derivó en este presente peligroso.
¿Por qué peligroso? Porque solo teniendo en cuenta los hechos del pasado y el presente de sus dichos, estamos en presencia de uno de los sectores más conservadores, que tuvo nuestra historia.
Entonces ¿Qué hace la Izquierda? Ante esta nueva posibilidad de reivindicar, lo que fue un error hace 5 meses...
Lo vuelve a cometer, volviendo a convocar el voto en blanco.
Se cierra, se borra, se lava las manos, argumentando que da lo mismo el FPV, que la ultra derecha, una posición, que no resiste análisis alguno.
Para los actuales dirigentes de la izquierda, no hay diferencias, no hay matices, todos son iguales, menos ellos.
Deberemos confiar, en que sus militantes, hagan lo que hicieron los militantes del FPV en el balotage de CABA.
Recuerdo que allá por el 2002 cuando la inmensa mayoría del pueblo salió a las calles, buscando líderes que se pongan los pantalones largos y asuman las responsabilidades de liderar aquel País devastado, muchos veíamos en Luis Zamora a esa persona transparente, sencilla, humilde, llena de ideales, como un posible candidato a sumarse al grupo de personalidades de la política, que nos sacara adelante.
Apenas recibió la propuesta, argumentó con excusas típicas de un temeroso egocéntrico, que él, no podía asumir la responsabilidad de los errores, que él, anticipó y que cometieron otros.
Ese fue el fin de su carrera política, nunca más fue visto con los mismos ojos.
Lamentablemente los sucesores, no distan mucho de aquel dirigente, a la hora de ponerse los pantalones largos.
Se refugian en su ombligo y no forman parte de la resistencia, esa de la cual se jactan, para frenar el avance de su peor enemigo, el neoliberalismo explícito.
La Izquierda quiere ser tan solidaria, que termina ayudando a la  Ultra Derecha, olvidándose de todos los que estamos peleando en el medio.

Rubén Afonso Boaventura 
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