jueves, 17 de marzo de 2011

LA MUJER SOÑADA

17.03.2011
Hace unos 15 años la escuché en una conversación y dije, me encanta como habla, además parece, que no se come ninguna. Un flaco de traje la encaró mal y ella con altura se lo sacó de encima. Por lo que pude interpretar de la conversación, ella era casada pero muy independiente.

Pasó el tiempo y no supe mucho más de ella. Pero años más tarde, la volví a encontrar en reunión, en una casa importante, donde la gran mayoría, parecía querer complacer al anfitrión. En un momento alza la mano y se expresa. Su relato no parecía muy complaciente con quienes la rodeaban. Una vez más, me gustó escucharla.

Algunos, se le querían acercar pero imperturbable mantenía la distancia. Me puse a averiguar y me enteré que estaba viviendo en Capital, pero que siempre volvía de viaje a su casa, en otra provincia.

Un día me entero que había decidido radicarse definitivamente en Bs. As., su marido había iniciado un emprendimiento gigante que involucraba a mucha gente. Ella fiel a su estilo, lo acompañó sin dudar.

La cosa iba en serio y se encargó de llevar adelante las tareas, para solidificar el emprendimiento, acá en Buenos Aires. Cada vez que me la cruzaba, me dejaba con la boca abierta, los años parecían no haber pasado para ella, aunque sí para mí.

La empecé a cruzar más seguido, pero nunca me animaba a jugármela y decirle algo.
El emprendimiento de su marido había sido todo un éxito, su empresa ya era líder a nivel nacional y se había popularizado masivamente. 

Era tan grande el éxito logrado, que ella tuvo que hacerse cargo del lugar que ocupaba él, en la empresa, y él, salir al resto de los países vecinos a proyectar algo aún mayor, que era, consolidar su emprendimiento en el ámbito Latino.

La aceptación fue tremenda. La gran mayoría compró la idea y se pusieron a invertir en ese objetivo común. Hacer crecer la empresa en toda Latino América.

Para todo esto, verla por el barrio, ya era algo normal y en cada ocasión importante se hacía presente. Todos me decían que me cuidara, comencé a frecuentarla, pero por precaución, seguía manteniendo la distancia.

Un día algunos energúmenos intentaron agraviarla por una medida que había tomado dentro de la empresa. Pareció que bajar sueldos a un par de gerentes para aumentarle a los operarios, no había gustado mucho. Esto provocó un boicot por parte de los que ocupaban altos cargos y provocó la caída en las ventas.

Su esposo volvió del exterior para dar indicaciones, pero esto agitó aún más las aguas dentro de la empresa. Sin dudarlo y en dúo, se pusieron al frente y recibieron todas las críticas, así era su estilo. Parece que él, era un tipo digno, de la mujer que tenía a su lado. Comencé a respetarlos más desde ese momento.

El tiempo fue pasando y por ende todo se calmó, pero los consumidores habían notado el boicot en los productos que compraban. Una gran investigación interna, había dejado al descubierto las verdaderas intenciones, de los gerentes quejosos. Los consumidores de sus productos recibieron la información y volvieron a comprarlos.

Se la notaba algo seria, pero cuando podía, a pesar del cargo que ocupaba, mostraba su lado cómico. Como cada mujer inteligente y bella, generaba pasiones y odios, por parte de las mujeres y hombres que no podían estar a su altura.

Para el aniversario de la empresa, decidió festejar con todos, gerentes, operarios y consumidores. El éxito fue total, la alegría se hizo presente, salvo en los gerentes que habían quedado al descubierto, por sus propias falencias espirituales, nunca pudieron sentirse parte.

Realmente era linda, cada vez que podía acercarme, intentaba descubrirla, y lo fui logrando, además de su belleza, pude descubrir su inteligencia, su capacidad de mando, su audacia, sus ideales, sus deseos, su fortaleza espiritual, su corazón…

Cuando menos lo imaginaba, recibí la noticia de que su marido había fallecido. Una noticia devastadora para ella y la empresa. Todo parecía quedar en el aire, pero inmediatamente, el grupo de operarios, más grande y fiel a la empresa, se puso la camiseta y salieron a respaldarla.

Hoy se siente mejor, aunque cada tanto, se le llenan los ojos de lágrimas, o se le anuda la garganta al recordarlo. Estas cosas pesan en el alma. Es fuerte, pero sola no podrá.
Por eso hoy, más que nunca, quiero estar a su lado, para apoyarla en lo personal e intentar mantener en pié esta empresa, a la que a tantos les gustan, sus productos.

Por suerte la mujer soñada, es una realidad…
Acabo de mandar mi currículum, a una de las sucursales de su empresa.
Parece que hay mucho trabajo por hacer, y están tomando gente.
Espero quedar seleccionado y formar parte del proyecto...


 
Rubén Afonso Boaventura

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