miércoles, 9 de febrero de 2011

RINCONES DE PATRIA 09

09.02.2011
Hotel Gressoney, Promoción ´89, Bariloche, Río Negro


En 1988, un grupo de estudiantes del Instituto Grilli de Monte Grande, se lanzaba de lleno a cumplir el sueño del viaje de egresados a San Carlos de Bariloche. Algunas diferencias mediante, se optó por la oferta y empresa más confiable, la compañía de viajes estudiantiles Centur, que auspiciaba “El cofre de la felicidad”, en el más viejo y conocido programa de la tv Argentina de aquellos tiempos, Feliz Domingo.


La forma de pago era la siguiente:
De contado 700, en 7 cuotas 1200, y en 12 cuotas 1500, vale aclarar que la moneda de la época era el Austral. El viaje duraba 11 días y 9 noches con todo incluido, salvo ciertas excursiones.


Para mediados de 1989 la hiperinflación hacía estragos en el país, el golpe de Estado económico, al gobierno de Alfonsín y al pueblo argentino, era un hecho.


A pesar del esfuerzo de los padres, por pagar en tiempo y forma cada cuota, la empresa, un año después y apenas 2 meses antes de viajar, exigía un pago extra de 1000 australes a cada uno, para compensar el aumento de precios, con una reducción a solo 7 días y 5 noches que no incluía entradas a los principales boliches y la quita de la mayoría de las excursiones.


La estafa por parte de la empresa Centur, a este grupo de alumnos, también era un hecho.
Por ende dicha empresa fue rebautizada por todos nosotros como Centurro.


Tras el esfuerzo compartido de padres y alumnos, organizando eventos y rifas y repartiendo el viaje liberado entre varios, todos finalmente pudimos viajar bajo esas condiciones, impuestas unilateralmente por la empresa.


Una vez llegados a la ciudad, el hotel que nos recibió fue el Gressoney, ubicado en la Av. San Martín a 2 cuadras del Centro Cívico. Las estrellas del servicio brillaban por su ausencia
La humedad brotaba, en el subsuelo, la calefacción era mínima, y para comer debíamos trasladarnos a otro edificio. La sangre joven del momento, nos permitía soportar todo eso, casi sin darnos cuenta. Lo importante estaba en el grupo humano.


Hoy casi 22 años después tuve la posibilidad de volver al lugar donde se ubicaba dicho hotel. Más o menos recordaba la imagen, acerté la cuadra, pero no el edificio y entré en uno que se ubicaba justamente al lado y me encontré en la recepción, con una mujer mayor, que por lo que pude notar, tenía muchas ganas de hablar y contar la historia del viejo y ya desaparecido Hotel Gressoney de la Av. San Martín, en Bariloche.

Ante mi pregunta por el hotel… cuenta la señora…

…“El hotel estaba en ruinas, era un desastre, les fue mal. Ya lo vendieron 2 veces, cambia siempre de nombre.
En el año 2003 lo vendieron, y la gente que lo compró, durante un año lo tuvieron en obra, trajeron obreros de Bs. As., para trabajar y le daban todo el día con las máquinas tirando paredes, temblaba todo y el ruido, ni se imagina…, solo dejaron el esqueleto de hormigón, o sea las columnas y loza, después tiraron todo.

No sabe lo que fue, la gente en nuestro hotel se quejaba porque desde las 7 de la mañana ya no se podía dormir, en un momento les fui a pedir que empezaran a las 9 de la mañana.

Para colmo ese año yo estaba operada de la cadera, porque me pusieron una prótesis, pero bueno igual estaba acostada la mayoría del tiempo… ¿Usted vino de estudiante, en que año, claro…?

Esta gente tenían una gran deuda con el banco y con la Afip, y cuando lo vendieron… (va, lo terminaron regalando, aclara), con lo que sacaron parece que apenas pagaron las deudas.

Y los que lo compraron lo unieron con el hotel que estaba al lado y ahora es un hermoso hotel, nada que ver con lo que era antes”…


La interrumpo y comienzo a despedirme y a agradecerle, aunque parecía querer seguir con el relato, pero yo debía ir en busca de mi familia, que estaba en el Centro Cívico.


En resumen…
El viejo y desaparecido Hotel Gressoney de la Av. San Martín 447
 en 2003, se unió con el Hotel Libertador de la Av. San Martín 441
y se transformó en el actual Dazzler Hotel.


Rubén Afonso Boaventura



















PD: Gilda Gómez, aportó una parte de la letra de la canción que cantábamos sobre el Hotel...
       "...era la musica de allá en el rancho grande..."
       Bueno, va lo único que se acuerda.
       Allá en el Gressoney, allaaa donndeee viviiiiaaa,
       los chicos y las chicas de noche no dormian,
       que bien reproduciiiaaan,
       con la humedaaad de las paredeeees,
       cosechamooos champiniones...
       no se acuerda mas... Si alguien recuerda otro pedacito de la letra, que lo aporte...

1 comentario:

  1. Hola, de casualidad encontré este relato. Soy la hija del dueño arquitecto que hizo el hotel. Y nada de lo que dice esa señora es verdad. Nosotros nos fuimos de Bariloche en 1979 por estudios de mis hermanos a Buenos Aires y mi papá lo dejo alquilado a gente que lo dejó venir abajo y luego mi papá decidió venderlo , nlas deudas eran de ese inquilino. Podés preguntar por mí papá en Bariloche .
    Hay que tener cuidado con lo que se publica y asegurarse bien de como son las cosas.

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