RINCONES DE PATRIA 10

10.02.2011

Cascada Los Alerces, Río Negro

Una nueva excursión nos juntaba en el fondo de un micro. En el recorrido apenas saliendo de la ciudad de Bariloche, pudimos ver desde la ruta nuevos lagos y como el famoso Cerro Catedral, se encontraba absolutamente sin nieve, claramente se notaban sus picos por los cuales lleva el nombre, y las pistas de Sky separadas por pinos en el medio. Al salir de la ruta entramos en ripio unos 30km, a los laterales se podían ver cantidad de arroyos con aguas que corrían con algo de prisa, sobre rocas de color casi blanco.

En la primera parada había un lago con El Tronador, lejos, pero de fondo, 10 minutos para fotos y a seguir, la segunda parada con el mismo itinerario que la primera, fue antes de cruzar un puente de madera casi en ruinas, desde donde se podía observar un lecho de río con vegetación y piedras de colores casi fosforescentes, habitado por truchas que se mecían lateralmente. El río parecía una pecera gigante.

Más adelante un lago nos mostraba como su agua verde se transformaba en espejo para reflejar en formas de colores opacos, las montañas, árboles, cielo y nubes que lo rodeaban. De pronto notamos que entre la verde vegetación aparecen miles de árboles secos en el piso y otros que aún se mantenían en pie. Nos cuenta el guía que esa fue la zona que se incendió en los ’90 y el país no contaba con aviones hidrantes.

El guía, que también es guarda parque, nos relata que el ex presidente de aquel entonces, junto a su ministra, la hija del ingeniero, compró 2 aviones por 14 millones de dólares, para cuando el desastre ya estaba consumado y que desaparecieron luego de permanecer meses en Bs. As.

En una charla personal en una de las detenciones, el guía me cuenta…

…por aquellos años el ex presidente riojano se caracterizaba por la siguiente frase “verde por verde”, que significaba, la entrega de tierras en los Parques Nacionales a cambio de recibir Dólares. Fue así como magnates de multinacionales, hoy tienen sus inmensas, chacra, estancias y mansiones, incluso con lagos privados, en esos territorios.

También dice ante mi pregunta, que hoy la situación frente a un incendio sería la misma, que ni en la zona, ni en el resto del país se cuenta con aviones hidrantes.

Se queja de la falta de mantenimiento en los parques y que este gobierno, no solo les ha disminuido los sueldos, sino que en los ’90, el Parque Nacional Nahuel Huapí, contaba con 600 guarda parques y que hoy en todo el país, el total de guarda parques, es de 690…

Debimos continuar el viaje, con lo cual la charla se interrumpió… Más adelante algunas de sus quejas contrastaban con sus propios relatos donde contaba que en marzo se cambiarían los puentes deteriorados, y también relataba, como durante 4 meses se trabajó intensamente para limpiar los caminos arrasados por un aluvión y avalancha producida en mayo de 2009 en el ventisquero del Tronador, todo esto al mismo tiempo que veíamos las máquina trabajando en el mantenimiento de los caminos dentro del parque. Con lo cual su versión en la charla me dejó muchas dudas.

Una media hora más tarde, llegamos a la Cascada de los Alerces, a la cual se llega por pasarelas de madera y escalones de piedra, el tono del agua, río abajo es bellísimo, parece correr con calma y de repente toma velocidad para caer furiosamente apenas unos 10 metros, pero el caudal es tan importante que el sonido se asemeja a un rugido permanente. El sol colabora con la puesta en escena, avivando los colores y sumándole a un lugar de ensueños, el mítico arco iris.

Uno no se quiere ir de un sitio así, pero lo obligan los tiempos y el respeto por los compañeros de viaje, volviendo hacia el micro, compramos unas tortas fritas tremendamente ricas, cocinadas por una, ya, popular abuela, que según cuentan, es otra de las atracciones del lugar.

Partimos en lo que parecía ser el último tramo, hacia el Cerro Tronador…

Rubén Afonso Boaventura