sábado, 12 de febrero de 2011

RINCONES DE PATRIA 12

12.02.2011
Colonia Suiza y Playas Públicas, Bariloche


Por la mañana fuimos a conocer Colonia Suiza, un mínimo conjunto de casas cuyos dueños, tuvieron una buena idea, montar una feria en la montaña con propósitos comerciales. Se puede comer bien, comprar lindos recuerdos y en su mayoría, todo es relativamente barato.


Por otro lado tienen un sistema de facturación que evita la evasión fiscal. Todos los feriantes, cuando venden algo, emiten un talón provisorio con el importe y el nº de puesto, el comprador debe acercarse a uno de los puntos de facturación, donde se le emite el ticket correspondiente y luego pasa a retirar el artículo comprado.


Luego de almorzar, nos fuimos cuesta abajo a uno de los lagos o ramificación del inmenso Nahuel Huapí que se ubica a la vera del llamado Circuito Chico. Dejamos el auto sobre la ruta y descendimos con todos los bártulos hasta la playa.


Aunque el nombre no me guste, porque si se aclara que son públicas es porque muchos las poseen en forma privada, y por ley, entiendo que no debería ser así, debo admitir que dichos lugares me encantaron.


La enorme cantidad de gente, nos hacía pensar que estábamos en un balneario cualquiera de La Costa Atlántica Bonaerense. El sol estaba a pleno, la temperatura rondaba los 30 grados y el agua era fría, pero se toleraba. Tranquilamente se podía llegar a nadar o reposar sobre alguna roca con el agua hasta la cintura, y cada tanto un chapuzón.


Los más chicos (menores de 12 años), permanecían mucho más tiempo en el agua, sin problemas, entraban y salían de ella como si fuese la pileta de lona de sus casas. Nosotros, los mayores de 30, solo aguantábamos algunos largos minutos y salíamos a secarnos al sol. Fue allí donde viendo a los niños, recordé la vieja frase “Tienen sangre joven”… No hay dudas…


Mates, galletitas, gaseosas, descanso, relax, charlas, hicieron que las horas pasaran sin darnos cuenta. El sol seguía brillando sobre el agua y parecía no bajar nunca detrás de las montañas, tras una competencia para ver quien tira la piedra más lejos, que me generó un dolor de brazo y hombro de 2 días, miramos el reloj y eran las 21hs. Recién el sol comenzaba a esconderse.


Emprendimos el regreso, con la satisfacción de sentir que le sacamos todo el jugo posible, a un domingo impresionante de sol y playa, con amigos, en Bariloche…


Rubén Afonso Boaventura
























































































































































































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